Hubo una vez...
Así comenzaría aquella historia que nunca fué.
Te acordás? Quiso la impronta del destino que surgieras de pronto,
de la nada, justo en el momento que mas lo necesitaba.
En largos días de dolor pude sentir, a pesar de la distancia,
como tus fuertes brazos sostenían mi escuálido cuerpo a punto de caer.
Oí en tantas noches desveladas,
el arrullo de tu voz que me cantaba hasta que me dormía.
Sentí como tu abrazo me mecía y me inundaba de paz el alma.
Esperé cada día tu llamado para oír ese "que haces piba"
que me calmaba.
Y soñé...y soñaste...
Y en ese sueño solo estábamos los dos, enchidos de pasión,
amándonos hasta cansarnos.
Y llegó el ansiado día del encuentro.Tu orilla se acercaba a la mía,
el agua de tu playa se fundiría en mi agua,
formando así un solo río que bañaría las costas de nuestras ilusiones.
Pero el fantasma de la cordura surgió de la conciencia y aquel encuentro se plagó de emociones contenidas.
Te respeté...me respetaste...respetamos las sombras de terceros.
Solo nuestros ojos, los renegados, se permitieron el placer de aquel encuentro.
Y te fuiste...con las ganas guardadas en tu maleta, con mi sueño abollado en el placard.
Pero sabes? hoy que ha pasado mucho tiempo, creo que fue mejor.
Que el destino, siempre sabio, quiso que lo que hubiera entre los dos perdurara en el tiempo.
Y aquel amor urgente se convirtió en eterna amistad, que ni la distancia, ni el tiempo pudieron lastimar.
Y ahora, cuando podemos encontrarnos detrás del monitor, reímos recordando aquel amor y agradecemos esta amistad que siempre será.
